RPG Hogwarts. Tentaciones
Aug. 10th, 2011 06:17 pm![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png){kind=small}
leitmotivTítulo: Tentaciones
Fandom: RPG Hogwarts
Claim: Nicholas Izumi
Tentaciones
Lo piensa detenidamente unos instantes y en poco llega a la conclusión de que, si no lo quisiera tanto como lo quiere, haría ya bastante tiempo que habría mandado a la mierda todo lo relacionado con el autocontrol. Pero le quiere y no va a lastimarle, porque sabe que ya demasiadas personas le han lastimado antes que él. Y, además, quiere ser el primero en algo para él.
Por eso, en vez de dejarse llevar, acaricia con lentitud los negros mechones de cabello, un gesto completamente tierno e inocente, muy contrario a lo que demuestra su mirada, que es voraz y le desviste. La desliza con lentitud, suavidad, tocando con ella lo que sus manos no pueden, lo que sus manos jamás se atreverán a tocar.
Duerme, demasiado tranquilo, demasiado confiado. También es demasiada la tentación. Nicholas Izumi se ha ganado la confianza del otro, pese a las mentiras, pese a los secretos y aún a pesar de que sabe que es un peligro para su amigo. Porque eso es lo que son, amigos. Amigos y nada más. Y le quiere de una manera increíble, se quieren mucho y lo sabe, porque así se lo demuestran.
Kyle le dice somos amigos con sus acciones, al momento de recostar su cabeza en las piernas del rubiecito, cansado después de hablar sin parar durante al menos un cuarto de hora, a veces soltando más incoherencias de las que Nicholas logra comprender, pero que para el otro son importantes. Nicholas de dice somos amigos cuando le deja dormir en sus piernas, cuidando de su sueño, sin atreverse a pasar de las caricias ligeras, inocentes. No lo han dicho con palabras, pero se lo demuestran todo el tiempo.
Kyle le ha dado su confianza y no le defraudará, porque le quiere y quiere, ante todo, protegerlo. De Youji Izumi, de Yukiy Eysenck, de William Odergand. Incluso de él mismo y es por ello que no puede dejar que su cuerpo se deje llevar por un beso que Kyle ni siquiera es capaz de recordar. Se inclina y le besa la frente, despacio, un beso delicado, porque necesita saborear esa piel una vez, de vez en cuando, para sobrevivir.
Lo mira fijamente y le sonríe.
- Nik...
Kyle se va desperezando y abre los ojos, sonriéndole al tiempo en que alza su mano y con ella toca la punta de la nariz del rubio, juguetón. En el proceso alcanza a ver la hora en su reloj de pulsera.
- Nik, pequeño traidor. No me despertaste. – Frunce el ceño en un falso regaño y comienza a levantarse. Le toma de la mano al hacerlo y aún cuando ambos están ya de píe, les cuesta romper el contacto. Es inevitable, porque ambos sienten lo mismo, esa extraña sensación de déjà vu como una constante. Y a todo eso, Kyle ya no hace preguntas, quizá, ya no le interese.
Ríen un poco mientras, como los niños que son, comienzan una carrera para ver quien llega primero a la clase que les toca. O, mejor dicho, ver si aún los dejan entrar a la clase.
Definitivamente, le quiere. Y porque le quiere, no caerá en las tentaciones, a pesar de que sea tan débil, tan pequeño y que aún no pueda protegerlo como quisiera. Ni siquiera buscará algo más profundo, pese a que sabe que si lo intenta funcionará. Quiere seguir siendo su amigo, porque sabe, porque siente que ese es su lugar. Ser su mejor amigo, además, no suena mal. Y quien sabe, darle tiempo al tiempo y ver que sucede.
Fandom: RPG Hogwarts
Claim: Nicholas Izumi
Lo piensa detenidamente unos instantes y en poco llega a la conclusión de que, si no lo quisiera tanto como lo quiere, haría ya bastante tiempo que habría mandado a la mierda todo lo relacionado con el autocontrol. Pero le quiere y no va a lastimarle, porque sabe que ya demasiadas personas le han lastimado antes que él. Y, además, quiere ser el primero en algo para él.
Por eso, en vez de dejarse llevar, acaricia con lentitud los negros mechones de cabello, un gesto completamente tierno e inocente, muy contrario a lo que demuestra su mirada, que es voraz y le desviste. La desliza con lentitud, suavidad, tocando con ella lo que sus manos no pueden, lo que sus manos jamás se atreverán a tocar.
Duerme, demasiado tranquilo, demasiado confiado. También es demasiada la tentación. Nicholas Izumi se ha ganado la confianza del otro, pese a las mentiras, pese a los secretos y aún a pesar de que sabe que es un peligro para su amigo. Porque eso es lo que son, amigos. Amigos y nada más. Y le quiere de una manera increíble, se quieren mucho y lo sabe, porque así se lo demuestran.
Kyle le dice somos amigos con sus acciones, al momento de recostar su cabeza en las piernas del rubiecito, cansado después de hablar sin parar durante al menos un cuarto de hora, a veces soltando más incoherencias de las que Nicholas logra comprender, pero que para el otro son importantes. Nicholas de dice somos amigos cuando le deja dormir en sus piernas, cuidando de su sueño, sin atreverse a pasar de las caricias ligeras, inocentes. No lo han dicho con palabras, pero se lo demuestran todo el tiempo.
Kyle le ha dado su confianza y no le defraudará, porque le quiere y quiere, ante todo, protegerlo. De Youji Izumi, de Yukiy Eysenck, de William Odergand. Incluso de él mismo y es por ello que no puede dejar que su cuerpo se deje llevar por un beso que Kyle ni siquiera es capaz de recordar. Se inclina y le besa la frente, despacio, un beso delicado, porque necesita saborear esa piel una vez, de vez en cuando, para sobrevivir.
Lo mira fijamente y le sonríe.
- Nik...
Kyle se va desperezando y abre los ojos, sonriéndole al tiempo en que alza su mano y con ella toca la punta de la nariz del rubio, juguetón. En el proceso alcanza a ver la hora en su reloj de pulsera.
- Nik, pequeño traidor. No me despertaste. – Frunce el ceño en un falso regaño y comienza a levantarse. Le toma de la mano al hacerlo y aún cuando ambos están ya de píe, les cuesta romper el contacto. Es inevitable, porque ambos sienten lo mismo, esa extraña sensación de déjà vu como una constante. Y a todo eso, Kyle ya no hace preguntas, quizá, ya no le interese.
Ríen un poco mientras, como los niños que son, comienzan una carrera para ver quien llega primero a la clase que les toca. O, mejor dicho, ver si aún los dejan entrar a la clase.
Definitivamente, le quiere. Y porque le quiere, no caerá en las tentaciones, a pesar de que sea tan débil, tan pequeño y que aún no pueda protegerlo como quisiera. Ni siquiera buscará algo más profundo, pese a que sabe que si lo intenta funcionará. Quiere seguir siendo su amigo, porque sabe, porque siente que ese es su lugar. Ser su mejor amigo, además, no suena mal. Y quien sabe, darle tiempo al tiempo y ver que sucede.
