leitmotiv: (Default)
leitmotiv ([personal profile] leitmotiv) wrote2011-08-10 12:30 am

Dies Irae. Mägo de oz. #07

Fandom: Dies Irae
Claim: Alexander/Franz
Tabla: Mago de Oz
Tema: 07.- El atrapasueños.

Franz no es un Eysenck, lo descubre en una de esas noches de insomnio y fiebre, en la soledad de su habitación vacía de vida, fría, callada, donde el eco de su respiración acompasada funge de melodía y de arrullo.

"Lo importante" Susurra en sus oídos la voz confidente e infantil de Alexander, del Alexander de hace años que se acurrucaba en su lecho, proveniente de sus recuerdos donde hay calidez y compañía "no es ganar, sino no perder, ¿comprendes?" Franz sabe que si cierra los ojos, podrá verle sonreír. Podrá verse a sí mismo al lado del moreno. Recargados en el alfeizar de la ventana, oteando en la noche en busca de lo desconocido y podrá escucharse musitando un débil 'no'.

"¿Cómo explicártelo? Como con peras y manzanas" Franz juraría que en ese preciso instante Alexander mojó sus labios, con la punta de la lengua. Está seguro porque también recuerda haberse perdido en ese sutil movimiento. "Quedar en tablas. Tomar de todo algo bueno, algo que te beneficie."

Desvía la vista del techo oscuro hasta la luz de la ventana y adivina las siluetas infantiles que alguna vez se marcaron. "Confía un poco en ti". Recordarlo duele. "¡Sólo cree! Puedes llegar tan alto, Franz, podremos llegar hasta lo alto, tú, yo, juntos" Duele tanto.

Al cerrar los ojos borra la imagen de luz lunar, quedándose en tinieblas. Puede sonreír a la noche hueca y triste con una sonrisa que sabe a sal, a mar, a arena y seco. Solo en casa, esperando por nada, pronto le visitan los espectros del pasado, como cálido aliento que acaricia su cuello y su nuca, soplando hasta causarle un escalofrío.

- Alex...

"Shh, sólo duerme" Se estremece. Extraña la calidez de las manos en su cintura, del peso de otro cuerpo presionando el suyo. Mas no abre los ojos, entregándose al fantasma de un pasado tan lejano que se tachona de borrones y fisuras, como un papel demasiado gastado. "Mañana..."

- ¿Y mañana qué, Alexander, qué?

Se siente asqueado, pero sólo un poco. No es realmente un Eysenck, porque es débil y está necesitado. Porque está hambriento de mimos y caricias, de atenciones y de tacto, de palabras y de labios. No es un Eysenck porque su orgullo se ha ido al diablo, se ha perdido en quién sabe dónde y él está ahí, en una cama vacío, con el temblor en los labios y la necesidad en la piel, quemando.

No es ni siquiera humano, convertido en masilla entre las manos de Alexander, sometido a su voluntad, sin oposición. Porque si es la única forma de continuar… porque si es verdad, si Alexander aún le guarda en el corazón un rinconcillo.

Sus ojos verdes se fijan en lontananza y más allá, en lo profundo de los recuerdos infantiles. Antes de que Alexander le olvidara. Casi puede sentir la mano fría en sus mejillas y el beso en la frente, disipando pesadillas, regalándole promesas como para deshacer el dolor.

- ¿Mañana seguirás conmigo?

"Volaremos, Franz, tan alto como nadie más"

Sin tocarle, sin ruido, sin acercarse, Alexander puede verlo, revolviéndose entre sueños. Pobre, llega a pensar, en algún momento. Y en otro momento, puede sentir en algún lugar de su ser la necesidad de acercarse y como antaño, protegerlo. No lo hace, porque no es correcto. Y en su lugar, se queda contemplándolo. La sonrisa se le forma, casi sin desearlo.

Qué ingenuo niño era. Qué maravilloso objeto es hoy.