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[personal profile] leitmotiv
Título: Universos
Fandom: Multifandom + MSN AU
Personaje/Pareja: William Odergand
Rating: G
Notas: ... lo que termino escribiendo cuando a una le hace falta dormir, jum. Desvaríos varios, nya. Y aún ando sensible y con agans de abrazar a Willy por lo del psicólogo hoy *llora por razones para el resto desconocidas*

William trata de estudiarse, de conocerse, de entenderse, casi siempre sin lograrlo, ni siquiera leyéndose a si mismo a través de un montón de mundos distintos, de alternos con sus variaciones definidas. Ni siquiera así se entiende y a cambio se apodera de él un sentimiento extraño, conjunto de remordimientos, de culpas y vivencias no vividas.

William se sabe un ser que existe como una variación de una idea general, altamente influenciada por el entrono, por las vivencias, pero con una misma naturaleza inmutable.

Lee. Toma entre sus manos aquel escrito ya viejo que a veces tiembla en sus manos, donde Loren -su ex esposa, su amiga y una constante- muere entre sus brazos, por culpa suya y luego la entierra, ocultando el crimen. Kyle, ese bastardo, es quien le ciega, quien trata de destruirle, en manos de quien espera la venganza, el castigo merecido y es Henry y Allan quienes le halan, como aumentando al condena, de nuevo a la vida, de vuelta al mundo. Es el mundo más injusto.

(Ese es el original, le dijeron, las acciones consideradas canon, el primero de todos los universos a los que pertenece.)

Otras veces va leyendo en el pc ese otro mundo donde su hermana está viva, donde respira, donde se convierte en una gran policía y él la arrastra, poco a poco, al abismo. Ahí, Yaotzin es una persona secundaria en su vida, la hermana de su amada esposa, la tía de sus queridos hijos. Su familia está bien, su familia que ya no es suya porque les abandonó.

Allan es un cretino, Umi es su adoración, Leo y Aura son los hermanitos que nunca conoció y la familia Odergand -su familia, supuestamente- es su enemiga y la que le hace caer, muerto, junto a su hermana.

(Piensa que es un buen final, después de todo, porque todos están bien, aunque él muera. Y es hasta poético, de alguna forma retorcida, le parece.)

Existe uno más, en el que todo parece igual, pero no lo es, porque es pequeño y ya conoce a Dennis, porque es pequeño y vive escapando, porque es pequeño y aún así está mancillado y tocado y usado como una puta barata. Es un universo oscuro, dónde él se convierte en títere y titiritero y Rhett es víctima y victimario, amor puro que se corrompe. Sin final específico, pero cree que estará bien, cuando Loren llegue a su vida, cuando Mattesa aprenda a ver sus heridas.

(Es lo único que no puede perdonar, porque lo entiende. No quiero que caigas, no quiero derrumbarte, lo que deseaba de Rhett, lo que él destrozó, la ambivalencia pura y más, mucho más que son como un shock y en lo que prefiere no pensar)

Hay uno más, naciente, frágil, donde Umi se aferra de su brazo cuando salen y tanto Leo como Aura colocan trampas en todos lados menos en su habitación, porque le quieren y al menos le dejan dormir en paz. Ahí existe un Richard distinto a los demás, más irascible, más frágil, más aguerrido y un Allan más humano, más agradable. Porque existe Ruth y Satella y un pasado doloroso, una relación destructiva.

(A William le da miedo ese mundo, porque Richard es extraño, porque Richard demuestra parte de su naturaleza constante y le hace a William preguntarse si acaso, en este universo, las cosas pudieron ser de otra manera)

El que le resulta más familiar es uno que sigue el curso del actual. Hogwarts y magia y negocios sucios con su propio hijo. Seichii, en ese mundo odia a Seichii y Harold muere, en una cama de hospital, así de sencillo, así de patético. Él acaba en la cárcel, Izumi follándoselo y Kyle lejos, muy lejos, con aquella chica que él nunca conoció.

(Le parece el más justo, en algunos aspectos. El mejor final para si mismo, la manera más correcta de terminar.)

William pasa horas leyendo. Conoce otros universos, sin relación con él, donde él nunca ha estado, no es importante, no existe. A veces no logra dormir y se queda en cama, con los ojos cerrados, la respiración pausada y escuchando el sonido de la respiración del cuerpo a su lado, que no es otro sino Hald, que es su amante, que es de quien está enamorado.

Su universo es inverosímil. Escapa de la justicia, es amante de Sasamine, va al psicólogo, tiene un par de bebés maravillosos. Es irreal, injusto, inmerecido. Richard tiene un amigo, Yume vive con ellos, Izumi está en la cárcel. Él... él es feliz, demasiado.

Cuando Benjamin llora en la noche, despertándoles y obligándole a andar por toda la habitación con el pequeño en brazos hasta que duerme, es feliz; cuando Helena pide de comer con aquellos ruiditos suaves y esa mirada cristalina, es feliz, cuando Hald se sienta en la cama con la laptop y se pone los cascos para escuchar Il Divo, es feliz. Más feliz que en otro universo, más feliz de lo que alguna vez debió ser.

William sabe que no lo merece y es un pensamiento constante, día y noche, hora tras hora. Y cuando lo piensa demasiado, suspira, girándose en la cama y buscando la calidez de Harold, acurrucándose como un niño pequeño y besando sus mejillas, delineando el contorno de sus pestañas. No se lo merece, el ser feliz, pero tal vez algún día logre acostumbrarse a serlo.
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