leitmotiv | Vampiros. Time.

Título: Time
Fandom: Au vampiros
Claim: Fritz Eysenck, Franz Eysenck

Siempre han sido ellos dos solos. Siempre. En sus recuerdos, sus padres son formas difusas, ya desdibujadas. Lo único claro es Franz. Lo único que ha estado siempre, por siempre, a su lado, es Franz.

Lo ama.

No sabe por qué lo ama, pero no cree que el amor necesite explicaciones. Lo ama, y lo besa, con fuerza y pasión, cerrando los ojos para centrarse en sus labios, en lo suaves que son, en cómo con su lengua delinea la punta de los colmillos afilados, y en su sabor, ligeramente férrico y casi amargo. Porque Alexander los ha alimentado recién, y ahora le pagan.

Pero Fritz no le paga. Fritz no hace eso por Alexander. Los besos que le da a su hermano no son solo para que Alexander vea y sonría, no es solo para que ese hombre se recree y sea feliz, diciendo en voz alta lo mucho que le gustan sus pequeños, y lo hermosos que se ven así de juntos, tan juntos, pequeños chicos rubios y adorables que se abrazan y se besan solo para él. No es por eso. Finge que sí, pero no es por eso.

Lo ama.

Y no puede ocultarlo demasiado, pero es que tampoco sabe nombrarlo, y Fritz cree que es el amor normal que los hermanos se tienen, aunque en el fondo intuye la mentira, porque los ojos de Franz no están sobre él, y cuando él cierra los ojos, sabe que Franz está mirando a Alexander, que a él le sonríe, que los besos son para hacerlo feliz. A Alexander. No a él. Pero está bien.

Lo ama, pero sabe que amar no significa ser amado.

No de la misma forma, al menos.

Y cuando corta el beso y se gira un poco para ver a Alexander, también lo hace para escapar de esa realidad que tanto duele. Al menos es amado. Lo sabe, porque la mano de Franz sigue sobre la suya, y cuando despunte el alba, dormirán en la misma cama, acurrucados. Porque cuando la noche caiga, abrirá los ojos y se encontrará en sus brazos, su hermano, sabiendo que está bien. Fritz se siente querido. Al menos.

Un día las cosas cambiarán, pero hasta ahora, el mundo exterior no los toca, y en su pequeño mundo, Fritz se siente seguro y Franz se siente amado.