Phatos. La historia no es
Historia: Phatos
Claim: Vladimir y Eitan
La historia no es como lo dice la Historia. La historia no es tampoco como lo dice la gente. No es como la retrataron quienes escribieron más delante de ello. No es así. Cuando se vieron en el campo de batalla, nada se detuvo. Cuando se observaron, de soslayo, apenas reconociéndose entre la polvareda, nada se detuvo. Las detonaciones siguieron, y las balas no silbaron junto a sus oídos; golpearon con fuerza en paredes y con un sonido brevísimo en los cuerpos de sus compañeros. La mayoría dieron al suelo y levantaron polvo.
Cuando se vieron, no se detuvieron. Ninguno dejó de accionar el arma. No hubo silencio. No hubo un círculo que se abrió para ellos. Cuando se vieron y supieron quiénes eran, no sabían de la escena que interpretaban y no jugaron sus papeles de la mejor forma posible. No pensaron. No hubo recordatorios, ni hubo imágenes mentales de lo que había pasado. Vladimir no recordó aquella noche en el colegio, ni Eitan recordó las tardes cuando se sentaba con todos los demás a observar el atardecer y hablar de la guerra que se veía lejana y que ahora los envolvía.
Eitan y Vladimir se miraron, se reconocieron y siguieron peleando por sus vidas, por sus propias causas, mientras trataban de llegar el uno al otro, torpe y estúpidamente.
Pero no hubo más. No hubo lo que las novelas cuentan. No hubo un momento de intimidad, y al final ni siquiera llegaron a escuchar sus propias voces, opacadas por los gritos, por las detonaciones, por las piedrecillas que volaban de aquí por allá y por la propia sangre que brotó de sus gargantas, cuando fueron alcanzados por el fuego enemigo.
No fue la bala de Eitan la que destrozó el cráneo de Vladimir. No hubiera podido hacerlo. Y no fue el tiro de Vladimir el que atravesó los intestinos de Eitan. La bala de Vladimir alcanzó apenas el hombro; la de Eitan, el pecho de alguien, detrás de Vladimir, que quién sabe quién era.
La historia no es como dicen los cuentos, y la escena no fue como los románticos lo imaginaron, años después. Pero si les preguntaran, a Eitan le hubiera gustado esa versión, con el espacio para los dos, con la bala de Vladimir acabando con él y todos los recuerdos, el amor y el odio, manándole del pecho. Vladimir prefiere el original.