Circonita. Intro.
Feb. 11th, 2016 01:59 am![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Título: Intro
Historia: Circonita
Claim: Ella - Gusano
Es como un gusano bajo la piel. Se mueve lento, destrozando la carne debajo. No te mueves. No puedes moverte. Solo lo sientes, sin sentirlo realmente, porque no duele. Es incómodo. No sientes asco, solo es incómodo. Observas tu brazo extendido sobre el colchón. No lo ves. Lo sientes. Sin que se sienta. Solo sabes que está ahí, reptando.
No tienes ánimos de moverte. No hay deseos de apartarlo. Hasta te parece que ya no está ahí. Te palpita. El gusano. Aquella masa extraña que tú dices que es un gusano, pero que se extiende y se convierte en una fina tela que bajo tu piel se vuelve capa. Es como un sudor, debajo de ti y sobre tu carne. Pero sigues sin moverte.
Tu fuerza se consume toda en echarle un vistazo al techo. Te sientes como esos grumos, como ese relieve irregular sobre el que antes buscaste figuras familiares. Ahora no lo piensas. No buscas nada. El gusano sobre tu cuello se hunde en la sangre oscura de tus venas. El gusano nada. Y tú te preguntas, en un alarde de consciencia, qué más da.
Qué más da, si no tienes ganas de nada, si no sientes nada, si ni siquiera tienes miedo y si esa curiosidad que se te va apagando no se sacia antes de morir, porque no sabes, y ya ni te interesa, si ese gusano eres tú, si no, si es solo un pequeño deseo o si es la muerte que se te instala, despacio, reptando y mordiéndote, completamente en ti.
Historia: Circonita
Claim: Ella - Gusano
Es como un gusano bajo la piel. Se mueve lento, destrozando la carne debajo. No te mueves. No puedes moverte. Solo lo sientes, sin sentirlo realmente, porque no duele. Es incómodo. No sientes asco, solo es incómodo. Observas tu brazo extendido sobre el colchón. No lo ves. Lo sientes. Sin que se sienta. Solo sabes que está ahí, reptando.
No tienes ánimos de moverte. No hay deseos de apartarlo. Hasta te parece que ya no está ahí. Te palpita. El gusano. Aquella masa extraña que tú dices que es un gusano, pero que se extiende y se convierte en una fina tela que bajo tu piel se vuelve capa. Es como un sudor, debajo de ti y sobre tu carne. Pero sigues sin moverte.
Tu fuerza se consume toda en echarle un vistazo al techo. Te sientes como esos grumos, como ese relieve irregular sobre el que antes buscaste figuras familiares. Ahora no lo piensas. No buscas nada. El gusano sobre tu cuello se hunde en la sangre oscura de tus venas. El gusano nada. Y tú te preguntas, en un alarde de consciencia, qué más da.
Qué más da, si no tienes ganas de nada, si no sientes nada, si ni siquiera tienes miedo y si esa curiosidad que se te va apagando no se sacia antes de morir, porque no sabes, y ya ni te interesa, si ese gusano eres tú, si no, si es solo un pequeño deseo o si es la muerte que se te instala, despacio, reptando y mordiéndote, completamente en ti.