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Título: Cuento de hadas
Fandom: RPG Hogwarts
Claim: Yukiy/Arzhel
Notas: Arzhel Lonsdale no me pertenece. Ella es propiedad de su respectivo roler, gracias.

Cuento de hadas


Yukiy Eysenck odia la realidad. La odia porque es cruel, porque le lastima y porque esa realidad en que vive le demuestra cada cinco minutos que, haga lo que haga, no puede oponerse al sistema y no puede ayudar a los que ama. Además, la realidad es demasiado distinta de su mundo ideal y del mundo al que está acostumbrado vivir.

Su familia siempre fue como un cuento de hadas, siendo él el pequeño príncipe, su hermano mayor el heredero rebelde, la menor la ‘dulce’ princesita. Su padre y su madre fueron consentidores en gran medida, cumpliendo sus caprichos sin dejarle anhelar nada más. Fue hasta que cumplió doce años que se asomó por aquella ventana y descubrió que su mundo era falso.

Arjed murió, el compañero del príncipe, el más preciado amigo, el más querido. Murió y él lo permitió, enfrentándose por primera vez a la realidad que le encasquetó en la cara su inutilidad. Lo vio morir y no pudo hacer nada por evitarlo. Y la princesa elegida para su amor le rechazó. Y una serie de eventos desafortunados acabaron por hacer que el príncipe dejara su corona y se hundiera.

Por eso tiene esa cicatriz en el cuello, casi a la altura de la yugular, una marquita blanquecina que pocos notan, pero que él conoce a la perfección. Suspira suavemente cuando Arzhel la toca con sus delicadas manos y le sonríe. Él corresponde la sonrisa, agradeciendo la compañía de su salvadora.

Conoció a Kyle, conoció a Seichii y la realidad volvió a burlarse de él en la cara, porque no podía salvarlos y aunque quiso regresar el tiempo y evitar conocerlos, no era posible, no deseaba de corazón hacerlo, porque les quería. Dolía porque los amaba. Su mano se desliza por la cintura de la morena, acercándola un poco más hacía él y con delicadeza la besa en los labios.

Estaba muriendo, muriendo muy lentamente. Había sido humillado por completo, aquel chico en las regaderas, la ocasión de los baños. Danger Passion, Black Pearl. Hubiera muerto ahí mismo si eso no fuese algo que ni siquiera valía la pena intentar, no de nuevo. Pero llegó su princesa, al rescate, invirtiendo los papeles asignados por el cuento. En las cocinas, una de aquellas noches en las que el dolor no le dejaba descansar. La encontró, su salvación.

Sir Eysenck el Tierno. Se convirtió en caballero, en las cocinas, siendo testigos los trastos, un poco de chocolate y un espárrago. Aún sonríe al recordar la ocasión. En silencio la abraza tras el beso, sin atreverse a romper el maravilloso ambiente, sin dejar que las palabras destrocen su mundo. La retiene con más decisión entre sus brazos, aspirando su aroma, saboreando el recuerdo de sus labios y acurrucándose a su lado. Su princesa, la llama, su princesa y ella es todo.

Yukiy Eysenck odia la realidad, porque su mundo es hermoso y perfecto, porque en su mundo solo están él y Arzhel, sin muerte, sin dolor, sin nada que pueda dañarlos. Sabe, sin embargo, que un día regresará a la realidad y que tendrá que enfrentarse a ella, que debe aprender a ser fuerte y dejarse de cuentos y fantasías. El momento le aterra, la idea le sobrecoge, pero comienza a pensar que es posible. Si ella está a su lado, tendrá un trocito de perfección para afrontar la crueldad. Cierra los ojos, susurrando un ‘te amo’ que está seguro su dama no llega a escuchar, mientras vuelve a besarla, dejando que sus manos la recorran, sintiendo las de ella sobre su cuerpo.

Se enfrentará a la realidad, es inevitable, pero de momento, prefiere disfrutar su cuento de hadas.