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[personal profile] leitmotiv
Fandom: Waltz
Prompt: Hermanito
Palabras: 435

Podría contemplarle toda la vida sin cansarse, sin poder perder el interés en aquel suave subir y bajar del pecho bajo las sábanas ni en el sonido quedo de su respiración cansada. Observar siempre los labios entreabiertos por los que exhala aquel cálido aliento y la forma elegante en que cae su cabello demasiado largo ya sobre la almohada, suave, armónico, bello.

Demian es su hermanito y lo ama con todo lo que tiene, por todo lo que es y lo que será, por todos los momentos juntos y por los años separados. Y aunque son idénticos, Travis sabe que él no posee esa aura apacible y encantadora de su hermano, que le fascina y le hace amarlo y desear protegerlo aún más.

Desliza la mano por la mejilla tersa y se atreve a delinear la forma de sus labios, con los ojos cerrados memorizando aquel tacto. Y luego sube a apartar el cabello de su frente para besarla, manteniendo en sus labios el sabor de la piel como un cosquilleo agradable.

Son años separados que no va a poder compensar, son cinco malditos años en que no estuvo para él, que no se compensan con los cuatro que llevan juntos, con los cuatro en los que le ha regalado su más absoluta devoción. Vuelve a besar la frente blanca y besa las mejillas y cuando Demian se remueve un poco y abre los ojos adormilados, le sonríe.

- ¿Qué haces despierto? - Le pregunta Demian, bostezando suavemente, sin moverse y Travis aprovecha el momento para abrazarle y acomodar su cabeza ahí, justo sobre su pecho, donde pueda escuchar los sonidos de su corazón.

- Te cuido.

Demian le rodea con un brazo, cobijándole y por un momento Travis siente que es él el protegido. Y es cierto, porque Demian es quien ha ido a salvarle, a enseñarle de felicidad y compañía, a robarlo de su muro de soledad y apatía.

- Puedo cuidarme solo.

- Pero eres mi hermanito.- Le susurra, muy despacio y no cree que Demian lo escuche.- Nunca dejaré de protegerte.

Escucha un bostezo más y siente, entre el silencio, como el agarre va aflojándose poco a poco. Y el sonido bajo su oreja, el cálido latir del corazón de su hermano, le va durmiendo, arrullando. Al cerrar los ojos, recuerda el sabor de las lágrimas que alguna vez ha probado y se pregunta si los labios de su hermanito tendrán el mismo sabor salado y triste.

- Pero, voy a protegerte...

De él mismo si es necesario. Aunque le cueste. Aunque dude y tema, desde ese momento, en poder hacerlo.