Leitmotiv. General. Random 7. #6
Aug. 11th, 2011 04:08 pm![[personal profile]](https://www.dreamwidth.org/img/silk/identity/user.png)
Fandom: Leitmotiv
Claim: General
Tabla: Random 7
Prompt: 06.- Saber
Ksenia no puede decir que no lo amaba.
Amaba de él la voz fría y calmada con la que le daba los días cada mañana, la forma en que dibujaba aquella sonrisa al tener buenas noticias sobre lo que ellos llamaban negocios; también la manera en que la hacía callar, con palabras duras y gesto excesivamente severo.
Ksenia amaba incluso los malos despertares del rubio, cuando se dejaba llevar por la creciente paranoia y hacía crecer de modo inconmensurable las ideas estúpidas sobre conspiraciones y demases. Entonces Ksenia se enfadaba, regañándole por esos excesos de imaginación y le tranquilizaba con palabras suaves y besos castos sobre frente, mejillas y párpados.
Lo único que odió de él fue la enorme curiosidad que le movía, el ser tan autodidacta en cuestiones en las que debía no tener conocimiento alguno.
Ksenia se muerde los labios, guardando en el maletín los archivos impresos que demuestran el móvil y observa de soslayo el cadáver que se enfría sobre la alfombra, sintiendo rabiar en su interior, deseando gritar a todo pulmón tantas, tantas cosas.
Porque su amado Dan no tendría que haberse dado cuenta nunca. Porque no debía enterarse de aquello. No debía descubrir las operaciones bandera falsa ni el verdadero motivo de la guerra del 41. No debía.
Pero lo supo. No tuvo más remedio que matarlo.
Permanece sentada en la sala de la casa que compartían –que aún comparten-, el vestido ligero color celeste completamente libre de manchas de sangre, pero con los tacones un poco sucios. Espera, casi tranquilamente, con la vista fija en el hombre que fue su esposo y después fija la vista en la sortija de matrimonio.
No puede ser que no lo amara, porque se siente triste. Porque se siente culpable.
Tocan a la puerta. Debe ser Aldrich.
- Lo lamento mucho, Ksenia.- da el pésame éste, cuando ella le abre la puerta, con un simple palmear su hombro como todo contacto físico.- Pero tu sabes cómo son las reglas. Él simplemente…
- Sabía demasiado.- Musita, saliendo despacio, el maletín a cuestas, salvando lo importante. – Demasiado.
Claim: General
Tabla: Random 7
Prompt: 06.- Saber
Ksenia no puede decir que no lo amaba.
Amaba de él la voz fría y calmada con la que le daba los días cada mañana, la forma en que dibujaba aquella sonrisa al tener buenas noticias sobre lo que ellos llamaban negocios; también la manera en que la hacía callar, con palabras duras y gesto excesivamente severo.
Ksenia amaba incluso los malos despertares del rubio, cuando se dejaba llevar por la creciente paranoia y hacía crecer de modo inconmensurable las ideas estúpidas sobre conspiraciones y demases. Entonces Ksenia se enfadaba, regañándole por esos excesos de imaginación y le tranquilizaba con palabras suaves y besos castos sobre frente, mejillas y párpados.
Lo único que odió de él fue la enorme curiosidad que le movía, el ser tan autodidacta en cuestiones en las que debía no tener conocimiento alguno.
Ksenia se muerde los labios, guardando en el maletín los archivos impresos que demuestran el móvil y observa de soslayo el cadáver que se enfría sobre la alfombra, sintiendo rabiar en su interior, deseando gritar a todo pulmón tantas, tantas cosas.
Porque su amado Dan no tendría que haberse dado cuenta nunca. Porque no debía enterarse de aquello. No debía descubrir las operaciones bandera falsa ni el verdadero motivo de la guerra del 41. No debía.
Pero lo supo. No tuvo más remedio que matarlo.
Permanece sentada en la sala de la casa que compartían –que aún comparten-, el vestido ligero color celeste completamente libre de manchas de sangre, pero con los tacones un poco sucios. Espera, casi tranquilamente, con la vista fija en el hombre que fue su esposo y después fija la vista en la sortija de matrimonio.
No puede ser que no lo amara, porque se siente triste. Porque se siente culpable.
Tocan a la puerta. Debe ser Aldrich.
- Lo lamento mucho, Ksenia.- da el pésame éste, cuando ella le abre la puerta, con un simple palmear su hombro como todo contacto físico.- Pero tu sabes cómo son las reglas. Él simplemente…
- Sabía demasiado.- Musita, saliendo despacio, el maletín a cuestas, salvando lo importante. – Demasiado.